En 1832 , Elizabeth Bentley , que por entonces tenía veintitrés años, testificó ante un comité parlamentario inglés sobre su niñez en una fabrica de lino. Había comenzado a la edad de seis años, trabajando desde las cinco de la mañana a nueve de la noche durante los seis meses de mayor actividad en la fábrica. Tenía un descanso de cuarenta minutos a mediodía, y ese era el único de la jornada. Trabajaba retirando de la máquina las bobinas llenas y reemplazándolas por otras vacías. Si se quedaba atrás , 'era golpeada con una correa´ . A los diez años la trasladaron al taller de cardado, donde el encargado usaba correas y cadenas para pegar a las niñas con el fin de que ´estuvieran atentas a su trabajo´. Le preguntaron :´¿se llegaba a pegar a las niñas tanto como para dejarles marcas en la piel?´, y ella contestó ´Sí,muchas veces se les hacían marcas negras, pero sus padres no se atrevían a ir al encargado por este asunto, tenían miedo de perder su trabajo´. El trabajo en el taller de cardado le descoyuntó los huesos de los brazos y quedó "considerablemente deformada...a consecuencia de este trabajo".
Autoras: Anderson, Bonnie y Zinseer Judith
Libro: Historia de las mujeres. Una historia propia
Editorial: Critica
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